Ven, recógete, apártate por un momento del
ajetreo. Con tanta distracción es difícil escu-
char mi voz. Ven, relájate, deja tu pesada carga.
Deseo susurrarte palabras de amor, palabras
tranquilizadoras.
Dirígete a tu lugar donde podamos estar
solos tú y yo. No tiene que ser un sitio en par-
ticular, puede ser u lugar cualquiera y puedes
acudir a mí en el momento que desees. Tómate
unos minutos para comunicarte conmigo, para
leer mi Palabra y escuchar lo que quiero decir-
te. Te contaré cosas que ansías saber, y te susu-
rraré l oído secretos asombrosos. Hasta puedo
decirte cosas que nunca le he dicho a nadie.
Estoy lleno de sorpresas que descubrirás si vie-
nes a mí y me escuchas con atención.
Retírate unos momento de tu trabajo para
escuchar en tu corazón, mi voz y esas palabras
de amor que deseo dirigirte a ti, solamente a ti.
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