Palabras para una mujer que hace poco había
orado para aceptar a Jesús en su corazón:
Cuando me pediste que entrara en ti y me
dijiste que querías formara parte de tu vida,
dimos inicio a una relación muy bella. Aunque
es posible que no te embargara una gran emo-
ción fue un acto de gran trascendencia.
Me introduje en tu vida y en tu corazón,
tan como me lo pediste, y nunca te abandora-
ré. Aunque seguirás teniendo problemas, yo
te ayudaré a superarlos. Aunque no dejarás de
cometer errores, éstos no se interpondrán entre
nosotros. ¿Sabes por qué?por que di mi vida
para librarte del peso de tus equivocaciones
Acepté el castigo por todas tus faltas.
Al aceptarme, te acogiste a mi perdón. puede
que ni siquiera lo entendieras en ese momento
pero ten la seguridad de que perdone todas tus
malas acciones del pasado y del presente, e in-
cluso las que sin duda comentarás en el futuro.
Cuando más estrecha sea tu relación conmigo,
más puedo hacer por ti. De todos modos, ten
la certeza de que nunca te abandonare.
Puedes sentirte segura en mi amor, pues siem-
pre te amaré.
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