jueves, 3 de agosto de 2017

RECÓGETE

Ven, recógete, apártate por un momento del
ajetreo. Con tanta distracción es difícil escu-
char mi voz. Ven, relájate, deja tu pesada carga.
Deseo susurrarte palabras de amor, palabras
tranquilizadoras.
Dirígete a tu lugar donde podamos estar
solos tú y yo. No tiene que ser un sitio en par-
ticular, puede ser u lugar cualquiera y puedes
acudir a mí en el momento que desees. Tómate
unos minutos para comunicarte conmigo, para
leer mi Palabra y escuchar lo que quiero decir-
te. Te contaré cosas que ansías saber, y te susu-
rraré l oído secretos asombrosos. Hasta puedo
decirte cosas que nunca le he dicho  a nadie.
Estoy lleno de sorpresas que descubrirás si vie-
nes a mí y me escuchas con atención.
Retírate unos momento de tu trabajo para
escuchar en tu corazón, mi voz y esas palabras
de amor que deseo dirigirte a ti, solamente a ti.

miércoles, 2 de agosto de 2017

ORACIÓN PIDIENDO CONSTANCIA



Dios padre de amor y misericordia: Tú que,
como dices en el Salmo 139, "me conoces desde
antes que naciera", conoces mis momentos percis-
tentes y mis momentos de renuncia, mis momentos
de entusiasmo y los de desánimo, te pido que forta-
lezcas mi voluntad para alcanzar la constancia ne-
cesaria en todo lo que emprendo, con el fin de que
mi perseverancia me lleve a alcanzar los logros
propuesto, tanto espirituales como materiales para
que redunden en bien para la salvación de mi alma.
Dame la fortaleza y el consuelo necesario en los
momentos de desanimo, para enfrentar todas las
vicisitudes y adversidades que la vida y los retos
me presenten. Ayúdame ano olvidarme de Ti en
los momentos en que me permitas el triunfo. Haz
que la constancia sea una linea de pensamiento
permanente en mi vida, siendo un verdadero tes-
timonio para todos los que me rodean.
Regalame la Sabiduría necesaria para morir
el orgullo y la soberbia, que por momentos me
empujan a renunciar a los propósitos loables; y
la sabiduría necesaria para saber renunciar cuando
se preciso si así Tú lo dispones.
En tus benditas manos coloco mis días y mis horas.
Te pido me regales la salud y la fuerza necesaria
para levantarme cada día, junto con la convicción
para saber que todo lo que hago lleva el fruto
esperado por Ti.
Te clamo me ayudes a mirar como Josué y Caleb,
la tierra prometida, sin importar los gigantes que
como obstáculos en ella pudiera haber, para que
junto con el don de la fe, me regales la corona de
la victoria. Todo esto te lo pido Padre en el nombre
de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.